Socio DebateRevista de Ciencias SocialesISSN N° 2451-7763 e ISSN - Latindex N° 2451-7663 |
Resumen:
En este artículo se desarrolla el análisis de contenido del estudio de caso de La metamorfosis desde la sociología del envejecimiento. De esta forma, se presenta el análisis de las representaciones de las relaciones intergeneracionales en la nouvelle a partir de la metodología cualitativa. Por eso, se identifica la forma en que se componen las distintas generaciones en La metamorfosis, y se describen las formas en que se producen las relaciones de solidaridad y las de conflicto intergeneracional en la obra literaria. El trabajo da cuenta de las cualidades positivas presentes en la expresión artística para el estudio de lo social, desde las representaciones que visibiliza, crea o modifica. En este caso, alrededor de las imágenes sobre cómo son las relaciones de las personas viejas con otras generaciones.
Palabras claves: representaciones – generaciones – solidaridad intergeneracional – conflicto intergeneracional – Kafka
Abstract:
In this article, a content analysis of the case study of The Metamorphosis is developed from the sociology of ageing. Therefore, the work displays the analysis of the representations of intergenerational relationships in the nouvelle with the use of a qualitative methodology. Thus, it is identified the way in which different generations are composed in The Metamorphosis, and it is described the way in which solidarity and conflictual relationships among different generations are presented in this literary work. As a result, this article features the positive qualities found in artistic expressions which are valuable for social studies, as they consolidate, create or modify representations. In this case, the representations are about how old people relate to other generations.
Keywords: representations – generations – intergenerational solidarity – intergenerational conflict – Kafka
Introducción
La generación es un concepto polisémico, por lo que, puede ser entendido a partir de diferentes perspectivas. Las formas en las que generalmente suele ser abordado es desde los enfoques demográfico y sociológico, histórico, genealógico, y sociocognitivo. En todos los casos, se realizan generalizaciones para efectuar la clasificación de las distintas generaciones. Sin embargo, debe considerarse que asignar características y necesidades comunes a personas pertenecientes a un mismo grupo etario dificulta el planteamiento por la diversidad de los contextos (Blanc y Korotky, 2016).
El estudio de las generaciones y las relaciones entre ellas es relevante debido a que el envejecimiento poblacional, característico de muchas sociedades en este siglo, produce como consecuencia la coexistencia simultánea de varias generaciones. Pero la intergeneracionalidad no se produce solo porque se encuentren juntas personas pertenecientes a distintas generaciones, deben hacer más que interactuar, debe haber una relación entre ellas (Beltrán y Rivas Gómez, 2013).
En ese sentido, la convivencia entre distintas generaciones puede generar relaciones de solidaridad intergeneracional, o bien de rechazo y conflicto entre ellas. En cuanto a la primera, es cuando la interacción entre personas clasificadas en distintos grupos etarios es observada desde la potencialidad que produce el encuentro (Blanc y Korotky, 2016). Mientras que, el conflicto intergeneracional se centra en el desencuentro entre generaciones, sea en el ámbito privado o público, que inicia ya en el hecho de que la delimitación de las generaciones es arbitraria y la frontera entre ellas es un objeto de lucha atravesado por la cuestión del poder (Bourdieu, 2002).
Estudiar estos fenómenos desde una obra literaria es adecuado, desde que, como menciona Bauman (2007), los artistas son los primeros en percibir y manifestar los fenómenos de la vida social y, a partir de ellos, los sociólogos luego comienzan a percibirlos. Esto se debe a la mayor libertad de experimentar con la que cuenta el arte, en contraste con las reglas académicas que condicionan al trabajo sociológico. Es por ello que es pertinente acercarse a expresiones artísticas para el estudio de lo social.
La metamorfosis de Franz Kafka ha sido seleccionada como el caso de estudio para este trabajo, ya que las propias relaciones intergeneracionales del autor fueron importantes a la hora de escribir esta obra, principalmente la que tenía con su padre (Higueras Galán, 2017). De este modo, el relato es propicio para indagar la representación de intergeneracionalidad que hace el autor. El texto cuenta la historia de Gregorio, quien vive con sus padres y hermana, y un día al despertar retrasado para ir a trabajar descubre que se ha convertido en un bicho. Es a partir de ese hecho que su existencia y la de su familia debe modificarse completamente (Kafka, 1983).
Por su parte, las representaciones son construcciones constituidas a partir de un conjunto de imágenes que asocian determinados estereotipos. De esta forma, reproducen una perspectiva cultural específica sobre el mundo social, al mismo tiempo que lo crean, lo consolidan o lo modifican. Es por ello interesante estudiar la representación sobre fenómenos o situaciones vitales en las vejeces; para visibilizar las caracterizaciones existentes (Gastrón, 2013). En este caso, sería acerca de la forma en la que se relacionan con otras generaciones.
De esta forma, el objetivo que nos proponemos en este trabajo es analizar la representación de las relaciones intergeneracionales en La metamorfosis de Franz Kafka (1983). Específicamente, pretendemos identificar la forma en la que se componen las distintas generaciones, describir la forma en la que se producen las relaciones de solidaridad intergeneracional, y describir la forma en la que se producen las relaciones de conflicto entre las distintas generaciones en La metamorfosis.
Los objetivos de este trabajo se inscriben en la metodología cualitativa y fueron abordados con el método del análisis de contenido. Este, es útil para analizar los textos significativos para la vida social, desde que busca interpretar tanto al sentido directo como al latente de los mismos. Para hacerlo, se utiliza el instrumento de la lectura objetiva, sistemática, y replicable (Abela, 2002).
En este caso, el análisis será sobre una obra literaria perteneciente al género de la literatura del absurdo. Siguiendo a Kevorkian y Piaggio, La metamorfosis fue, justamente, una de las primeras expresiones del absurdo en la literatura del siglo pasado. La característica principal de este tipo de narración es su relación con el existencialismo filosófico, ya que se pregunta por el sentido de la existencia humana mientras relata un mundo sin sentido, de modo que, genera el sentimiento del absurdo en el lector. Este surge porque la experiencia cotidiana es contradictoria con el sistema de creencias y hace que el hombre se sienta arrojado en el mundo, entonces, la única forma de enfrentarlo es observar de modo diferente todo lo que lo rodea (Ionesco, 2016).
Uno de los recursos utilizados para lograr esto es la metáfora. Desde que la idea aludida previamente es muy compleja y el lenguaje por sí mismo es incapaz de traducirla completamente, se hace uso de la metáfora para acceder de forma indirecta a estos procesos sociales. En ese sentido, se establece una comparación analógica entre una idea abstracta y una situación concreta. Así, a través de la interpretación metafórica se puede investigar acerca de las representaciones sobre fenómenos existentes y tener una comprensión profunda de los mismos (Fernández Arbeláez y Valencia Cañaveral, 2016). Es por eso que la interpretación de los datos recolectados fue multidisciplinar y realizada mediante el proceso de la codificación.
Distintas generaciones en la metamorfosis
Donati propone una forma de entender a las generaciones que combina a algunas de las conceptualizaciones más tradicionales, como pueden ser la genealógica o la demográfica y sociológica. De esta forma, él formula la definición de las generaciones en el sentido sociológico relacional. Esto significa que se juntan “la edad histórica con la relación de descendencia, en la que la concepción de generación conserva el carácter relacional, pero mediado por las relaciones sociales externas a la familia” (Beltrán y Rivas Gómez, 2013, p. 282). Así, el “conjunto de personas que comparten una relación… en la… posición en la descendencia familiar (hijo, padre, abuelo) se articula con la posición que a partir de la edad, es definida en la esfera social (jóvenes, adultos, ancianos)” (Beltrán y Rivas Gómez, 2013, p. 282).
En ese sentido, en La metamorfosis de Kafka (1983) encontramos que hay dos generaciones: la de los jóvenes y la de los viejos. La primera está integrada por Gregorio y Grete y la segunda por sus padres, ya que coincide con la parte relacional de hijos por un lado, y padres por el otro. Además, los jefes de Gregorio estarían también incluidos en la generación de los viejos, puesto que a pesar de que no pertenecen a la misma familia ocuparían el mismo lugar que los padres (en un sentido relacional, pero ahora en la esfera social).
Encontramos que esta clasificación de las generaciones es la más pertinente para utilizar por la información que la obra brinda acerca de sus personajes en relación con sus edades. Sin embargo, tal como señala Straus (1989), la obra de Kafka nunca puede terminar de analizarse exhaustivamente porque, si bien existen múltiples interpretaciones de la misma, ninguna invalida a las demás. Por lo tanto, también es posible encontrar muchas acepciones del significado de la metamorfosis en su obra con nombre homólogo que no se invaliden entre sí.
Siguiendo a Prinz (2000), quien se basa en Monod-Bequelin, podemos interpretar a la metamorfosis de las personas como un proceso irreversible semejante a la transición evolutiva de la oruga a la mariposa. Además, teniendo en cuenta los ritos de socialización, la metamorfosis implica el pasaje de una categoría social (inicial en el personaje) a otra. De este modo, de forma similar a Ballester Roca e Ibarra Rius (2020), quienes interpretan a la metamorfosis de Gregorio como el pasaje de una persona sana a una enferma, aquí entendemos a la metamorfosis de Gregorio como la transición de una persona joven a una vieja. Una posible justificación para esta interpretación se halla en que cuando muere Gregorio, “Todavía era muy temprano, pero se notaba en el aire frío un halo tibio. Estaba terminando el mes de marzo” (Kafka, 1983, p. 81). Es decir, que era el inicio de la primavera (en el hemisferio norte, donde transcurre la historia) y esta estación suele ser interpretada como el punto cúlmine de un proceso de transformación o, como en este caso, de una metamorfosis (Cordero, 2021).
Por lo tanto, si el punto final de la metamorfosis era la muerte de Gregorio, significa que podemos entender a la misma como el pasaje por los estadios de su ciclo vital, de la juventud a la vejez, según la concepción de las generaciones de la demografía y sociología (Blanc y Korotky, 2016). Así, una vez que Gregorio se transforma en un insecto sería equivalente a decir que se hace viejo. Incluso termina perteneciendo, para el final de la nouvelle, a una generación mayor a la de sus padres y jefes. Por tales motivos, identificamos dos formas de comprender cómo están compuestas las generaciones en la obra de Kafka.
Relaciones de solidaridad intergeneracional
Cuidado económico
Gregorio Samsa trabajaba como un viajante de comercio hacía cinco años para mantener a su familia, debido a que sus padres no podían trabajar porque ya eran viejos y se encontraban enfermos. La madre se sentía débil y no podía hacer mucho esfuerzo físico producto del asma que padecía y, mientras que se menciona que el padre no padecía ninguna enfermedad, él estaba siempre cansado, rara vez salía de su casa y, cuando lo hacía, tenía dificultades para caminar, además de que no había desempeñado ninguna actividad desde que perdió su trabajo y contrajo deudas. Es, a partir de ese momento, que Gregorio pasó a cuidar económicamente de sus padres y, por consiguiente, de su hermana menor, la cual todavía era demasiado joven para trabajar (Kafka, 1983).
Gregorio sólo había tratado de hacer todo lo que estuviese a su alcance para disponer de los medios que ayudasen a los suyos a salvar las consecuencias que había acarreado la quiebra mercantil que les llevó a todos a la más profunda desesperanza. Por ello había empezado a trabajar con tal tesón, pasando en corto tiempo de un dependiente más a todo un viajante de comercio, con sobrantes posibilidades de ganar mucho más (Kafka, 1983, p. 42).
De esta forma, Gregorio se ocupaba de la totalidad de los gastos del hogar y, no solo estaba ahorrando para poder pagar la deuda de sus padres, sino que también iba a sorprender a su hermana al inscribirla en un conservatorio, desde que ella era una apasionada de la música, particularmente del violín. Para eso, debía trabajar en un lugar que no le gustaba desempeñando tareas que tampoco eran de su agrado. Sin embargo, creía que valía la pena ya que se sentía feliz y orgulloso de cuidarlos económicamente. Él se encontraba “ufano de haber podido hacer disfrutar a sus padres y hermana de tan tranquila existencia en un marco tan agradable” (Kafka, 1983, p. 36). En ese sentido, vemos cómo Gregorio satisface las necesidades materiales de cuidado en su familia.
El contexto sociocultural es el que determina el concepto que se tenga acerca de la familia y, por lo tanto, las expectativas de las funciones que esta debe desempeñar, una de las cuales es el cuidado. Es decir, va a aportar respuesta a quién, cómo, cuándo y dónde debe responsabilizarse por el cuidado familiar (Bover y Gastaldo, 2005).
Observamos que el reparto de las tareas del cuidado, en la familia Samsa, se corresponde con el modelo tradicional y genderizado. En este, el género del cuidador determina el tipo de responsabilidades que tiene en el cuidado familiar. La asignación se basa en las habilidades que socialmente le son atribuidas a los hombres y mujeres. Por ello, en este modelo de distribución del cuidado, al cuidador masculino le tocan las actividades asociadas al ámbito público y a la cuidadora femenina aquellas asociadas al ámbito privado (Bover y Gastaldo, 2005). Así, observamos que el cuidado que Gregorio destina hacia sus padres es como principal proveedor de los medios materiales. En cambio, como veremos a continuación, a los personajes femeninos les corresponden las tareas de cuidado doméstico y emocional.
Más aún, la familia es la institución en la cual la mayoría de los individuos realizan su primera experiencia social, de modo que es un espacio ideal para que se ejerciten relaciones intergeneracionales de múltiples contenidos. Por eso también es una de las instituciones más importantes cuando se llega a la vejez. Además, como estas necesidades rara vez podrían autosatisfacerse entre los integrantes de la misma generación porque se encuentran todos en situaciones similares, se espera que sean satisfechas por medio de la interacción entre familiares. Así, se producen lazos de interdependencia (Sánchez-Rogel, Zambrano-García y Sosa-Arteaga, 2021). Podemos relacionar esto con la teoría del intercambio social en la vejez. La misma, postula que las relaciones entre las personas se producen como un cálculo entre el costo y el beneficio del intercambio. Es decir que el intercambio social con los viejos existe solo si los costos del mismo son menores a los beneficios, que pueden ser tanto materiales como espirituales. Si bien esta teoría tiende a descartar las dimensiones afectivas en provecho del aspecto racional, cuando se trata de relaciones familiares lo afectivo y moral está involucrado en lo racional y material. De modo que, el intercambio es motivado por la cooperación entre cada parte involucrada. Pero, a pesar de ello, una de las partes (los viejos) necesita los recursos de la otra parte (los jóvenes) para satisfacer sus necesidades, por lo que se crea una jerarquía de poder donde los viejos ocupan un lugar de dependencia (Scolich, 2005).
Cuidado doméstico y emocional
Una vez producida la metamorfosis de Gregorio, la cual retomando el argumento de la sección anterior, aquí interpretamos como un paso entre los diferentes estadios del ciclo vital (de la adultez a la vejez), Grete comenzó a encargarse del cuidado de su hermano. Esto consistía en limpiar su habitación, ayudarlo a sentirse más cómodo, y alimentarlo (Kafka, 1983).
Fue ella la que se encargó de cuidarlo porque, en un primer momento, los padres no se acercaban a Gregorio, mientras que ella se preocupó porque él estuviese alimentado. Por ejemplo, tras notar que su bebida favorita (es decir, leche con azúcar con pedacitos de pan blanco) no le había gustado, se levantó temprano en la mañana para dejarle una serie de alimentos que Gregorio pudiese probar. Dentro de algunos de los que se incluían alimentos en mal estado o que a él antes le parecían indigestos y, sin embargo, ahora le agradaban. De esta forma, comenzó una rutina en la cual la hermana le iba dejando a Gregorio alimentos y luego barría todas las sobras, mientras limpiaba un poco el cuarto y lo ventilaba (Kafka, 1983).
Pasaba a la mañana antes de que los otros integrantes de la casa se levanten y volvía luego del mediodía mientras los padres dormían y la criada se encontraba afuera. Así, se alegraba cuando comía y se entristecía cuando no lo hacía, lo cual demuestra su genuina preocupación por la supervivencia de su hermano. Además, pronto entendió que a Gregorio le gustaba mirar por la ventana, por lo que, cuando limpiaba le dejaba los vidrios abiertos y una butaca colocada justo debajo de esta para que él llegue a ver hacia afuera. También así entendemos cómo ella pensaba en cuáles podrían ser sus necesidades y lo ayudaba a satisfacerlas. Podemos entender esto mismo a partir de la reflexión de Gregorio expresada en la siguiente cita: “No tenía ninguna duda de que la hermana hacía todo lo que estaba a su alcance para aliviar lo penoso de su estado, y en la medida que corría el tiempo, iba lográndolo mejor” (Kafka, 1983, p. 46).
Podemos observar que tanto Gregorio (cuando satisfacía las necesidades materiales de sus padres) como Grete (cuando satisfacía necesidades de cuidado hacia su hermano) ayudaban a los integrantes viejos de sus familias con gusto y se sentían bien por hacerlo. Esto se debe a que los vínculos de solidaridad entre diferentes generaciones implican beneficios tanto para los viejos como para los jóvenes. Por ejemplo, sentirse útil y valioso, querido y apoyado, o respetado y reconocido (Beltrán y Rivas Gómez, 2013). Al mismo tiempo, el “componente emocional es considerado como constitutivo del cuidado. La implicación afectiva parece ser la clave para la mayor valoración del cuidado familiar frente a otros tipos de cuidado que no parecen no contemplar la motivación y la expresión emocional” (Bover y Gastaldo, 2005, párr. 24).
De esta forma, entendemos la importancia de la contención de las necesidades afectivas. Estas incluyen las relaciones donde se brinda apoyo, compañía, amistad, sentimientos de seguridad, y educación entre personas de diferentes generaciones (Sánchez-Rogel, Zambrano-García y Sosa-Arteaga, 2021). En el texto de Kafka (1983), la madre y la hermana se juntaban para sufrir y apoyarse mutuamente por todos los cambios que tuvieron que enfrentar producto de la metamorfosis de Gregorio. Podemos tomar a la siguiente cita como evidencia del lazo emocional que construyeron, “cuando la madre y la hermana, una vez que se acostaba el padre, volvían al comedor y dejaban el trabajo para sentarse muy juntas… lloraban juntas o se quedaban abstraídas mirando la mesa, con los ojos sin brillo” (p. 63).
Por lo tanto, nos es posible recuperar la idea de la teoría del intercambio social sobre que los beneficios emocionales y morales motivan las interacciones entre individuos y generan reciprocidad de algún tipo. Así como también podemos agregar lo que Aedo, Garcés y Pichulmán (2022) sostienen acerca de que las relaciones intergeneracionales efectivas se producen cuando los miembros de diferentes generaciones son conscientes de las potencialidades del vínculo entre ellos y valoran a los viejos o jóvenes, según corresponda, de forma que voluntariamente buscan relacionarse con ellos. En ese sentido, se puede afirmar que existe una interacción nutritiva entre los involucrados y, por lo tanto, es real la relación de solidaridad intergeneracional.
Relaciones intergeneracionales de conflicto
Conflicto de valores
Una forma en la cual es posible interpretar a la metamorfosis de Gregorio es que él se transformó en un insecto como una metáfora del trato y sometimiento que recibía por parte de la autoridad, el cual era deshumanizante. Una de las formas en que esto se manifiesta es cuando le atemorizaba que el jefe vaya a buscarlo a su casa y lo acusara de ser un perezoso frente a su padre. Aquí observamos que le asustaba tanto la figura del jefe como la del padre y se sentía asfixiado por las exigencias de ambos, ya que representaban la autoridad y él llevaba el estilo de vida que tenía como resultado de los mandatos de ambos. Del padre, porque su endeudamiento llevó a que Gregorio acepte y deba mantenerse en ese trabajo por al menos otros cinco años. Además, le ocultaba que tenía dinero ahorrado, lo que podría haber aliviado sus presiones financieras y le hubiese permitido tener otro empleo que sea más de su agrado. En cuanto al jefe, Gregorio debía seguir todas sus órdenes para conservar su empleo. Asimismo, se menciona que el jefe desconocía a sus empleados y se describe a la burocracia de la casa de comercio en donde trabajaba Gregorio, como una compleja estructura jerárquica que resultaba en el trato despersonalizado del dueño con sus empleados. De ahí que Gregorio pase a estar representado por una figura deshumanizada (Kafka, 1983).
Otro valor emanado de las figuras de autoridad en la ficción de Kafka (1983) tenía que ver con la importancia del compromiso laboral, desde que el jefe de personal sostenía que los trabajadores del comercio debían soportar malestares, con tal de anteponer sobre ello el deber de los negocios. Cuando Gregorio no abría la puerta de su dormitorio, él lo acusaba de estar “incumpliendo gravemente sus obligaciones laborales… y parecería ahora como si quisiese hacer un alarde inaudito de su insensatez” (p. 23). De igual modo, se aprecia que el valor de la maximización de la utilidad del tiempo es importante, desde que el jefe decidió exponerlo utilizando como excusa que Gregorio lo había hecho perder su tiempo. Por su parte, también encontramos la valorización que hay por el respeto a la autoridad con una fuerte imagen sensorial visual en donde Gregorio, recién descubierto como un insecto, observaba el retrato de su padre uniformado como teniente en el servicio militar con una expresión que demandaba respeto. Esto nos permite entender la imagen que Gregorio tenía de su padre y contrastarla con la que él emanaba en ese momento.
Todos estos valores y mandatos son típicos del tiempo en el que trascurre el relato (principios del siglo XX), es decir, de la modernidad. Weber entiende que lo característico de la modernidad es la racionalidad, desde que el proceso de modernización en Europa fue de la mano del proceso de racionalización. Este, implica que todas las esferas sociales están subordinadas al orden de la eficiencia pragmática, que la acción social deriva de los principios del cálculo racional y, en conjunto con el proceso de desacralización y la objetividad del cientificismo, producen el desencantamiento del mundo social (Marturet, 2002). De este modo, Nisbet argumenta que, siguiendo los postulados de la teoría weberiana, se produce una inversión del racionalismo, donde los valores pasan de ser tradicionales y comunales a impersonales y burocráticos. Esto es porque la racionalidad instrumental se complementa con la racionalización de la vida social (Marturet, 2002).
Sin embargo, mientras que el padre y los jefes parecían estar de acuerdo y reproducir estos valores racionales, a Gregorio le generaban mucho malestar. Por ejemplo, como era consciente de que otros viajantes como él tenían mejores condiciones de trabajo, se lamentaba el jefe que le había tocado y lo consideraba indigno y desleal. Además, le molestaban los sacrificios de su profesión. Cuando se produjo su metamorfosis, los cambios que atravesó no le resultaron extraños. Él sentía un dolor punzante que nunca había experimentado, pero no le llamó la atención porque, debido a su trabajo, estaba acostumbrado a sentir malestares físicos (Kafka, 1983).
Podemos entender el malestar de Gregorio a partir del planteo de Weber de que el proceso de racionalización desencadena en una reificación y el sentimiento de encarcelamiento del hombre moderno. Esto se debe a que el desencantamiento del mundo moderno produce una crisis de sentido, ya que al no haber nada más allá de lo puramente técnico y práctico, hasta la muerte se torna absurda (Marturet, 2002). Por eso, si bien Gregorio no se transforma en un objeto, pierde su figura humana porque no se sentía tratado como tal, lo que le produce y es producto de la crisis de sentido. En esta misma línea argumentativa, García Alonso (2016) sostiene que el sentimiento del absurdo kafkiano se genera a través del uso excesivo de la racionalidad, la cual es al mismo tiempo promovida por la falta de sentido. Por ejemplo, a pesar de que Gregorio se había dado cuenta acerca del cambio de su figura y no podía levantarse de la cama, a él no le inquietaba saber qué era lo que le había sucedido o cómo, sino que estaba preocupado por el tiempo; por saber por qué se había quedado dormido, qué le había sucedido a su reloj, cuándo saldría el próximo tren y si él sería capaz de llegar a abordarlo (Kafka, 1983).
Esta diferencia en la forma de sentir entre las distintas generaciones se puede comprender desde la concepción sociocognitiva, según la cual, las personas agrupadas en una generación comparten no solo la pertenencia a un rango etario, sino que también ciertas experiencias históricas y una visión sobre el mundo (Blanc y Korotky, 2016). Uno de los autores exponentes de este pensamiento es Dilthey. Él especifica que la experiencia histórica que los individuos viven en un mismo momento es única e irrepetible y de ella se obtiene una orientación moral que construye a una entidad con un sentimiento de destino compartido. Por eso, cada generación tiene, en términos generales, una ideología y un estilo de vida que la diferencia de las demás (Sánchez-Rogel, Zambrano-García y Sosa-Arteaga, 2021).
Para Mannheim, las primeras experiencias se consolidan como la visión natural del mundo (que hacen al fondo vital inconsciente), mientras que las experiencias posteriores se orientan a ellas, ya sea para confirmarlas o negarlas. Además, los cambios históricos radicales afectan de modo diferente dependiendo de la edad. Influyen más a las generaciones más jóvenes porque las adaptaciones que se realizan se van a incorporar al fondo vital inconsciente. Son estos cambios los que van a dar origen a una nueva generación, aunque en verdad consolidan las disposiciones heredades de la generación anterior porque, por más que tengan posturas contrarias, se oponen en el mismo debate (Mauger, 2013).
En ese sentido, podríamos interpretar a Gregorio como representante de una generación que había experimentado, durante su juventud, ciertos procesos históricos que generaron un punto de inflexión en su forma de concebir la realidad como absurda y sin sentido, como consecuencia de la racionalización característica de la modernidad. Uno de los argumentos a favor de este razonamiento es que la creación literaria permite revelar la estructura social que atraviesa a las interacciones sentimentales de las que el autor dispone al escribir (Bourdieu, 1995). Y el propio Kafka sufrió estas particularidades del mundo moderno, sobre todo la expansión de la burocratización. Esto lo llevó a expresar en su obra el padecimiento por la extrema racionalización que experimentaba y el conflicto que le producía en la relación con su padre (Higueras Galán, 2017). Por eso, el padre y los jefes de Gregorio encarnan a una generación anterior que vivió estos hechos en su vejez, de modo que no modificaron su fondo vital inconsciente. Podemos pensar que esta es una forma de entender lo que Bourdieu (2002) expresa cuando dice que “Muchos de los conflictos entre generaciones son conflictos entre sistemas de aspiraciones constituidos en edades diferentes” (p. 5).
Percepción de la vejez como problema social
El complicado porvenir económico que los Samsa debían atravesar debido a la incapacidad de Gregorio por seguir trabajando, como consecuencia de su metamorfosis, los llevó a tener que buscar nuevas formas para sobrevivir. Por ejemplo, la hermana comenzó a trabajar como dependienta y estudiar de noche para mejorar sus posibilidades, la madre cosía prendas de calidad para una tienda, el padre estaba en la ordenanza, debieron alquilar una habitación de la casa, y recortar gastos en alimentos y el personal doméstico del hogar. Todo esto pudo haber hecho que la familia le tome resentimiento a Gregorio y pudo haber contribuido a las razones para querer evitarlo o deshacerse de él. Pero más allá de eso, estaban tan ocupados con sus nuevas obligaciones, o cansados por ellas, que no tenían tiempo para Gregorio, “¿Era posible que alguien en aquella familia fatigada, agotada completamente por el trabajo, estuviese en condiciones de prestar alguna atención a Gregorio, si se exceptúa la justamente imprescindible?” (Kafka, 1983, p. 62). Por su parte, él estaba ofendido con su familia por ignorarlo y por lo reducido que se había tornado el tiempo dedicado a su cuidado (Kafka, 1983).
En ese sentido, podemos entender que Gregorio (una vez más apoyándonos en la interpretación de la metamorfosis como su transición a la vejez) era considerado por su familia como un viejo que constituía un problema social. Siguiendo a Lenoir (1993), los problemas sociales se encuentran en las prenociones que se tienen acerca de la realidad social y pueden encarnarse en los aspectos fisiológicos de las poblaciones. Como, por ejemplo, la edad; y en este caso la población que personifica al problema social es la vejez.
Asimismo, la concepción que se tenga por el significado de un problema social es circunstancial, es decir, va a depender de la sociedad y la época en el que tenga lugar. Por lo que también va a variar acorde a las razones que lo constituyan. En este caso, la carencia material y los efectos de la longevidad en las relaciones intergeneracionales aparecen representados en la nouvelle como motivos que vuelven a las personas viejas una carga social. De esta forma, en consonancia con los efectos de la modernidad (algunos de los cuales ya mencionamos anteriormente y otros relacionados a la individualización de las ganancias, el entendimiento del trabajo como rentable, productivo y separado del hogar y la esfera privada) se produjo un cambio en el sistema de producción económico. Por consiguiente, esto llevó a una desagregación de los lazos solidarios de la comunidad doméstica, lo que resultó en la transformación de la reproducción de la organización social. Por eso, que las familias piensen a sus miembros viejos como una carga (problema social) es resultado de circunstancias externas a la propia esfera familiar. Pero esta percepción se acentúa en las familias pertenecientes a la clase trabajadora, desde que disponen de menos tiempo y bienes para dedicar al cuidado de la persona vieja (Lenoir, 1993). Y esto es lo que sucede con la familia de Gregorio. A esto hay que sumar que él no solo dejó de proveerles económicamente, por lo que, la situación financiera de la familia se complicó, sino que también les hizo perder las ganancias del alquiler de la casa, de modo que la percepción que Grete tenía de él como una carga aumentó a tal punto que quiso deshacerse de su hermano (Kafka, 1983).
Esto se observa en que, en general, solían mantener la puerta de la habitación de Gregorio cerrada con él adentro de ella. Sin embargo, una noche se olvidaron su puerta abierta y él salió tentado por un aroma a comida y la melodía del violín que su hermana tocaba. Gregorio quería llegar a ella para tener una charla emotiva e invitarla a tocar a su cuarto porque consideraba que los inquilinos no apreciaban su música. Pero ellos lo vieron y se espantaron, por lo que, decidieron retirarse sin pagar por la estadía y amenazaron con pedirles una indemnización por haber estado conviviendo con un bicho. Esto era una gran pérdida económica para la familia, motivo que llevó a Grete al hartazgo e hizo que proponga deshacerse de su hermano (Kafka, 1983).
Queridos padres -dijo… con un violento puñetazo sobre la mesa-, es imposible seguir así. Si no lo entendéis vosotros, yo sí me doy cuenta de ello. Delante de este monstruo no puedo de ninguna manera pronunciar el nombre de mi hermano; …debemos hacer todo lo posible para deshacernos de él. Nadie podrá reprocharnos en lo más mínimo nuestra actitud. Hemos procedido en la mayor humanidad para cuidarle y soportarle… Esta situación terminará matándonos… Teniendo que trabajar como estamos obligados nosotros, no se puede sufrir además en casa estos tormentos (Kafka, 1983, p. 75).
Observamos cómo Grete busca justificar su moral en la decisión de abandonar a Gregorio y esto puede representar el hecho de que la forma de responsabilizarse por la vejez implica, según Lenoir (1993), no solo gestionar su cuidado, sino que también la culpa por el desamparo que le ocasionan al desligarse de este. Es por ello que, esta idea se respalda en la teoría del envejecimiento exitoso o activo, la cual promueve el pensamiento de que las personas viejas deben envejecer bien para evitar ser una carga para sus familiares. De ahí que se abogue por la moral de renuncia, ya que la condición de las personas en la vejez pasa a ser responsabilidad de los mismos viejos. Por eso, para Sánchez-Rogel, Zambrano-García, y Sosa-Arteaga (2021) se responsabiliza a los viejos por la percepción subjetiva de sus familiares jóvenes, que los entienden como un problema, cuando el verdadero problema es que sus intereses individuales no coinciden con la necesidad de cuidarlos.
Frente a ello, el padre estuvo de acuerdo con su hija; argumentó que como Gregorio había perdido la capacidad de entender, no podían llegar a un acuerdo con él. Grete concordó con su padre y agregó que de tenerla, Gregorio hubiese decidido de forma voluntaria irse de la casa, en vez de quedarse para acosarlos y hacer que sean ellos los que pierdan todo (Kafka, 1983).
De esta forma, podemos distinguir claramente la superposición de intereses (los de Grete y su familia enfrentados con la necesidad de Gregorio de ser cuidado). También vemos que al haber sido constituida la representación de los viejos como un problema social, la prenoción se transformó en la realidad “mediante la acción de explicaciones, formaciones e informaciones… inherentes a toda forma de representación” (Lenoir, 1993, p. 73). Así, se les asigna a los viejos el estereotipo peyorativo de la inutilidad, en este caso, debido a su incapacidad productiva e intelectual, aunque sabemos que esta última no es correcta. Podemos pensar que Grete y su padre niegan o no entienden la capacidad de razonamiento de Gregorio como parte de una estrategia para justificar su argumento.
En ese sentido, considerar qué hacer con los viejos porque se cree que ya no sirven para nada deviene de una práctica edadista. El edadismo es definido por Butler (1969) como la discriminación sistemática que sufren las personas a raíz de su edad y mediante el uso de estereotipos despectivos producidos y reproducidos a partir de la misma. Asimismo, siguiendo a Banaji y Levy (2004), no hay un grupo específico de personas que discriminen a los viejos por su edad. Esto se debe a que los estereotipos son aprendidos a temprana edad y al ser el edadismo una de las formas de discriminación que menos condena social recibe, los estereotipos negativos se internalizan y, por eso, hay viejos que tienen actitudes viejistas.
Pero en ocasiones anteriores ya habían discriminado a Gregorio al intentar segregarlo. Por ejemplo, la reacción del padre frente a la metamorfosis de Gregorio fue amenazante. Con un bastón y un periódico empujó a que su hijo deba replegarse en su habitación, a pesar de sus suplicas, las cuales (de todos modos) no eran inteligibles. Más adelante en la narración, cuando la madre quedó tan impresionada al ver a su hijo como un bicho y por ello se descompuso, el padre intentó pisarlo y luego comenzó a perseguirlo arrojándole trozos de manzanas. Uno de ellos, se quedó incrustado en su caparazón (Kafka, 1983). En este aspecto, podemos interpretar a la imagen metafórica de un bicho que produce asco y rechazo en el resto de los personajes como los estereotipos negativos asociados a la vejez en la obra. Aunque no hay que dejar de considerar que también puede corresponderse a otras representaciones despectivas, como la de una persona incapacitada para producir. De este modo, se adiciona a la idea que estuvimos abordando de asociar a la vejez con la inutilidad, y advertimos una acumulación de desvalorizaciones a partir de la representación de la forma del insecto.
Por lo tanto, la “corporalidad de Gregorio como insecto lo condiciona socialmente. Ya no es poseedor de una dignidad, sino que ahora se encuentra abierto a la vulnerabilidad estructural que constituye la existencia humana” (Almeyda Sarmiento, 2022, p. 152). Esto se debe a que uno de los atributos que determina que el ser humano se reconozca como tal es su identidad anatómica. En virtud del cambio de su corporalidad, cambió también su identidad y viró a una no humana (García, 2009). De esta forma, ya no amerita la dignidad humana constituida por el cristianismo y fundante del derecho natural, puesto que ella es inherente a la condición del ser humano (Rincón Eizaga, 2009).
Es así como su presencia discontinúa la cotidianidad al quebrantar las normas de lo que era entendido como normal por la familia, de modo que es castigado por encarnar lo diferente. Esto se traduce en su aislamiento para que viva las características de su nueva corporalidad lejos de todo aquel que pueda verlo (Almeyda Sarmiento, 2022). O, de acuerdo con nuestro análisis, para que viva las características de la vejez lejos de la vista pública. Téngase presente que el tratamiento de la vejez como alteridad es constitutivo del concepto de generación. Y mientras que esto implica edadismo para algunos autores, otros sostienen que solo cuando esa construcción de la otredad a partir de la edad es discriminada se trata de edadismo (Beltrán y Rivas Gómez, 2013).
Además, este intento de segregación hacia Gregorio aparece marcado por la simbología de la manzana (objeto que el padre arroja a Gregorio para mantenerlo dentro de su habitación). Una de las interpretaciones simbológicas de esta fruta tiene que ver con la alusión a la manzana del árbol prohibido del Edén que Adán y Eva probaron y, en consecuencia, fueron expulsados del paraíso (Rodríguez Rodríguez, 2016). De esta forma, podemos entender con mayor precisión la intención que tenía el padre de desterrar a Gregorio.
De igual modo, nos es posible pensar la quita de las pertenencias de Gregorio por parte de la familia como otra de sus estrategias para deshacerse de él. Esto se debe a que cuando Gregorio comenzó a trepar por el techo y las paredes, su hermana, al notarlo, decidió quitarle los muebles para facilitar su movimiento. Aunque al principio a él le había agradado esta idea, luego de haber escuchado a su madre cuestionarla, empezó a odiarla. Quería que todo permanezca como estaba para evitar perder completamente la conexión con su condición humana, “Lamentablemente no era esta la opinión de la hermana, y… se tenía -no sin fundamento- como experta para proceder ante los padres en todo lo que con Gregorio se relacionaba” (Kafka, 1983, p. 51).
El fundamento de la pericia de Grete sobre su hermano constaba en que lo había estado observando y era la única que mantuvo contacto con él desde su metamorfosis. En ese sentido, la hermana era considerada como un agente de autoridad para decidir por Gregorio (Kafka, 1983). Lenoir (1993) sostiene que los integrantes de generaciones más jóvenes, en una familia, suelen recurrir a un agente social que posea autoridad entendida como legítima de algún tipo, para que este recomiende que la persona vieja abandone su hogar porque su calidad de vida va a mejorar si ingresa a otra institución. Generalmente es un agente externo a la familia, de forma que su opinión es vista como objetiva, en especial porque se suele tratar de profesionales de la salud. Pero dado que Grete era la que más contacto tenía con Gregorio desde su metamorfosis, era el personaje que más lo conocía, por lo que, su opinión también era considerada legítima. Por consiguiente, la liberación de los cuidados hacia los integrantes de la generación más vieja se hace pasar como parte de los intereses de los viejos, aunque no deja de responder a los intereses de los más jóvenes. Así,
Le desmantelaban su habitación, le separaban de lo que amaba, ya habían trasladado el baúl que contenía la sierra y sus otras herramientas, ya empezaban a mover aquella mesa fuertemente adherida al suelo y sobre la cual, cuando estudiaba la carrera de comercio, cuando cursaba el bachillerato e incluso cuando iba a la escuela, había escrito sus ejercicios (Kafka, 1983, p. 53).
En esta cita podemos apreciar el uso de palabras pertenecientes, por un lado, al campo semántico de la sabiduría (estudiaba, carrera de comercio, bachillerato, escuela, ejercicios) y, por el otro, al de la fuerza física (sierra, herramientas). Como estas son cosas de las que Gregorio fue desposeído, podemos interpretar que es una metáfora de que le estaban quitando su poder de sabiduría y de fuerza física. Desde este punto de vista y siguiendo a Bourdieu (2002), la disputa no deja de estar anclada en torno a la cuestión del poder. Esto se debe a que las clasificaciones según edad son una manera de establecer límites o, en otras palabras, imponer un orden en el que cada generación debe ocupar un rol. Por ese motivo, se establece una lucha donde una generación le disputa a la otra el poder asociado a ella.
Conclusiones
A modo de conclusión, en este artículo hemos comenzado por identificar las generaciones presentes en La metamorfosis, por lo que, encontramos dos formas en que se las define. Como vimos, esto se debe a que interpretamos a la metamorfosis de Gregorio como su pasaje entre los estadios de su ciclo vital, es decir, su proceso de envejecimiento. En ese sentido, todo lo descripto que ocurre previo al momento en que inicia la secuencia narrativa se corresponde con la concepción de las generaciones en el sentido sociológico relacional concebido por Donati. Aquí, Grete y Gregorio integran una generación y los padres y jefes de Gregorio la otra. Luego, una vez que Gregorio se transforma en un insecto, podemos comprender a las generaciones en un sentido demográfico y sociológico, donde Grete pertenece a una generación, los padres y jefes a otra, y Gregorio a una diferente. Recordemos que, al igual que fue planteado en la introducción, esta interpretación es posible desde que el caso de estudio analizado se enmarca en la literatura del absurdo.
Como parte de las consideraciones finales, podemos ponderar acerca de la relación entre la pregunta por la existencia humana que se hace este género y el proceso del envejecimiento.
El envejecimiento refiere a las transformaciones que acontecen a las personas con el paso del tiempo, en relación con su biología, psicología y experiencia social. En cuanto a la dimensión social, está relacionada con la forma en que la sociedad condiciona las interacciones sociales que los viejos tienen, producto de la percepción que se tenga sobre los mismos (Scolich, 2005). Por eso, podemos detenernos en la reflexión realizada por Sánchez-Rogel, Zambrano-García, y Sosa-Arteaga (2021), quienes plantean que si bien existen varias oportunidades para que se produzcan relaciones solidarias entre personas de diferentes generaciones al interior de una familia, la misma no está garantizada, ya que la tendencia hacia la libertad individual, la funcionalidad social y la concepción de la vejez como problema social fomentan el desencuentro entre generaciones. Entonces, podemos comparar este sinsentido que puede ser el envejecimiento social, con el sentimiento del absurdo que produce el género literario de La metamorfosis, donde la realidad de la existencia humana se contradice con lo que debería ser.
Esto mismo observamos en este trabajo, donde describimos las relaciones intergeneracionales solidarias y de conflicto presentes en la corta novela kafkiana analizada. En cuanto a las primeras, vimos que todas ocurrían al interior de la familia y se relacionaban con el cuidado (económico, doméstico y de apoyo emocional). En ese sentido, distinguimos la importancia que tiene la concepción que se tenga acerca de la familia para determinar las funciones que sus miembros van a desempeñar. En este caso, observamos que las relaciones de cuidado eran esperadas que se desempeñen al interior de la familia y que el género del cuidador incidía en su rol. Además, apreciamos cómo esto contribuía al disfrute de estas relaciones, las cuales también eran voluntarias, de modo que se trataba de interacciones nutritivas y pudimos pensarlas desde la teoría del intercambio social.
Por su parte, el conflicto intergeneracional se presentaba de forma que los diferentes valores e intereses de las distintas generaciones producían la alienación de una de ellas. De este modo, nos basamos en los argumentos de Dilthey y Mannheim para concebir a las generaciones en su aspecto sociocognitivo. Así, vimos cómo la pertenencia a una generación implica una visión del mundo determinada, que se diferencia de aquella que corresponda a otras generaciones. Por eso, la apreciación de los valores de la modernidad generaba conflicto entre las generaciones, ya que se oponían y hacía que una produzca la alienación de la otra, representado en Gregorio y su metamorfosis. Según Bourdieu (2002), en este tipo de conflictos intergeneracionales, la disputa por el poder hace que una generación quiera enviar a la otra a la muerte social. Y aquí, la generación de los viejos aplica una discriminación antijóvenes, desde que se encuentran en decadencia porque perdieron el porvenir y, ahora, son los jóvenes los que tienen el porvenir delante de ellos. En ese sentido, luchan por mantener los valores impuestos y el rechazo de ellos por los jóvenes produce conflicto.
Vimos que algo similar sucedía con el conflicto de intereses entre las generaciones, donde nos basamos en Lenoir para analizar de qué forma los viejos eran una generación que representaban un problema social. Aquí, notamos que esto también se producía por los efectos de la modernidad, que resultaba en la carencia material de los viejos y actitudes viejistas como consecuencia de la longevidad y su repercusión en las relaciones intergeneracionales. Este edadismo aparecía en la lógica para alienar a la generación vieja que se manifestaba en la representación de Gregorio como un bicho. Para ello, observamos que utilizaban estrategias que se caracterizaban por producir la segregación a partir de la deshumanización. Esto consistía en negarle su identidad en función de sus roles o capacidades, su corporalidad, y el establecimiento de la hermana como agente de autoridad para decidir legítimamente por él y, en consecuencia, anteponer los intereses de otras generaciones sobre la de los viejos.
De esta forma, encontramos que Kafka, desempeñando su rol de artista, logró ofrecer su visión de la experiencia humana en el mundo social a través de las representaciones de las relaciones intergeneracionales que en este análisis hallamos en su obra, La metamorfosis.
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